Te llamo y al no venir... te invento
y suplo la ausencia del que amo,
con el poder anhelante del pensamiento,
te imagino, te pienso, te nombro y te llamo...
Avanzo hacia tu sombra sigilosamente...
avanzo hacia ti, desnuda.
Aunque no estés, tu sonrisa enamorada, veo,
aunque no estés... tu alma, me deja muda...
Mi conciencia está dormida
y el pudor está ausente,
me abrazas y me siento tan querida,
me tomas en tus brazos y te siento presente.
No hay rayos de sol, ni de luna,
solo tú y yo... reposando en languidez,
amándote como nadie, amándote como ninguna,
sin pasado, como si ésta fuese... la primera vez...
Ni un sonido escapó de tus labios,
ni un sonido escapó de los míos.
El tiempo detenido... hasta que el cielo abrió
y de el brotó, pétalos de flores,
abiertos en cauce, como ríos.
Desordenado está el lecho,
recuerda una entrega con atrevimiento,
agitado está aún mi pecho...
y las sábanas húmedas, testigo de éste sentimiento.
En soledad vuelvo a poner mis cadenas.
las de señora y cumplir mis responsabilidades.
La mujer soñadora, la que por ti pena...
esperará la noche, para brindarse en sueños,
a ese amado que renace y desespera...
He quedado en mi cama, sola...
que vacía me parece y además tan dura...
helada, sin color... sin ti...
no tiene vida, es una sepultura.
Toco mi cuerpo, con mis manos,
ésta vez... no siento igual, no son las tuyas.
Soledad negra me inunda...
como me inundan éstas lágrimas, en desventura.

Matty Canales
Santiago - Chile - Abril/2007